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SOCIEDAD DE AMIGOS EN DEFENSA DE LA GRAN SABANA

Discurso de dos caras
 La posición de la Asociación de Amigos de la Gran Sabana, Amigransa, es clara al calificar el modelo “bolivariano de desarrollo que se está implementando en Venezuela” como un “plan de racionalismo neoliberal”, que no sólo “mantiene el viejo paradigma, sino que profundiza el modelo de desarrollo capitalista y neoliberal basado en la sobreexplotación de los recursos naturales, donde lo ambiental está totalmente subordinado y la participación protagónica de las comunidades y movimientos sociales se desestima”.

 Esta organización no gubernamental advierte que el impacto social y ambiental de este “modelo bolivariano” será tan grande que “pondrá en peligro el futuro del país y su soberanía, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de todos los venezolanos”.

 “Este modelo ha traído la destrucción irreversible de recursos naturales con la consecuente pérdida de diversidad biológica, el aumento del endeudamiento y la dependencia, la asociación con empresas trasnacionales de conocida trayectoria anti-ambiental y vulneradora de los derechos humanos y un sinfín de contradicciones que terminan impidiendo un proceso auténticamente transformador que erradique la pobreza y garantice la soberanía política, económica y ambiental”.

 Para Amigransa el discurso de los diferentes voceros del Gobierno es contradictorio, pues al tiempo que alertan sobre los cambios climáticos y firman el Protocolo de Kioto, promueven un mega plan denominado “Siembra Petrolera para la Integración y la Vida” que pretende convertir a Venezuela en la mayor potencia energética mundial.

Destrucción sin parangón
 Apuntan que algunos de esos proyectos que están poniendo en jaque nuestro futuro son la “explotación del petróleo y gas a gran escala, la construcción de una compleja red de gasoductos, puertos y refinerías, la explotación del carbón en territorios indígenas de la Sierra de Perijá, la explotación de la madera, oro y diamante a expensas de la destrucción de los bosques nativos tropicales de la Reserva Forestal Imataca y otras reservas naturales, creando nuevas deudas sociales y ecológicas”.

 Mientras que por otro lado, el Gobierno nacional plantea la vuelta al conuco, la agricultura ecológica y la prohibición de los transgénicos, pero promueve la siembra de grandes monocultivos, entre ellos la palma africana y pinos, la importación de soja transgénica, permite los agroquímicos e impulsa la construcción de petroquímicas para la fabricación de fertilizantes”.

 Esta ONG recuerda que Venezuela “ha sido tristemente pionera con la puesta en marcha del tan cuestionado proyecto del tendido eléctrico hacia Brasil, que atravesó -a pesar de la oposición de indígenas y ambientalistas y de los argumentos geopolíticos, científicos, ecológicos  y sociales- la  Gran Sabana, el Parque Nacional Canaima y los territorios indígenas, dañando este patrimonio ecológico y cultural de la humanidad, y ahora, con el recién acordado Proyecto Chávez-Lula-Kirchner de un mega-gasoducto de 12 mil kilómetros se extendería la destrucción desde Venezuela hasta la Argentina, pasando por Brasil y Uruguay y que dañaría de manera  irreversible los frágiles ecosistemas de la Guayana venezolana y la Cuenca Amazónica.
 
 “Con la puesta en marcha de este equivocado, inconsulto y anti-ecológico modelo de desarrollo bolivariano venezolano, se han permitido atropellos en el cumplimiento de la normativa ambiental lo que contraria el modelo de Estado democrático, social y de justicia establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, con las graves consecuencias de una mayor contaminación de las aguas, una degradación ambiental irreversible y una merma en la calidad de vida”.

 Advierten que “de norte a sur y de oriente a occidente, Venezuela está amenazada por este modelo de desarrollo sobre-explotador, que se ejecuta a través de proyectos depredadores que desafían cualquier lógica. Las venas abiertas de Venezuela están más visibles hoy por la nueva apertura petrolera, gasífera y minera concretada con la entrega de licencias (hasta por 35 años con la posibilidad de 30 años de prórroga) a las trasnacionales para la exploración y explotación de estos recursos.

 Ante este dramático panorama, advierten que lo lógico y sabio sería promover en Venezuela una discusión amplia, participativa y protagónica con comunidades y movimientos sociales, enmarcada en los principios de respeto a la naturaleza y al ser humano, que permita construir un modelo de desarrollo que haga posible la eliminación de la pobreza, mantenga la salud de los ecosistemas, contribuya a la disminución de los cambios climáticos, aumente la seguridad alimentaria y la soberanía. En el mundo de hoy, ningún gobierno que no asuma el tema ecológico seriamente, puede llamarse revolucionario.

¿Quiénes son?
 La Sociedad de Amigos en Defensa de la Gran Sabana, Amigransa,  es una asociación civil sin fines de lucro, constituida en abril de 1986 para la preservación, conservación y defensa del patrimonio ecológico y cultural de la Gran  Sabana-Parque Nacional Canaima y de todas aquellas áreas del macizo guayanés.
Está integrada por profesionales de distintas disciplinas, jóvenes, estudiantes y una amplia red de colaboradores formada por habitantes de la Gran Sabana, científicos y amantes de la naturaleza.

 Por su parte, la Red Alerta Petrolera-Orinoco Oilwatch, por muchos años se ha opuesto al “paradigma hegemónico de los hidrocarburos, depredador corruptor y generador de dependencia”, elevando su voz de denuncia y alerta ante los planes de la nueva apertura petrogasífera del actual gobierno.

 Con diferentes documentos, la Red Alerta Petrolera exige al Gobierno nacional un “verdadero debate y consulta nacional” sobre cada uno de los planes que pretenden llevar adelante.

Otra experiencia devastadora
 Los casos de daños ecológicos por los gasoductos a nivel mundial son incontables, uno de ellos, y quizás uno de los más dramáticos se registró en Perú con el gasoducto de Camisea, que es una obra de considerables proporciones que ya ha ocasionado cuatro grandes derrames de gas líquido, lo que ha generado perjuicios al ambiente y a los pobladores aborígenes de esa zona peruana, al punto que esa experiencia ha sido catalogada como uno de los peores desastres ambientales que ha habido en todo el Amazonas y uno de los mayores del mundo.

 Los indígenas afectados han actuado enérgicamente para bloquear el acceso a la zona de los “invasores gasíferos”. Además, una amplia coalición de importantes grupos ambientalistas entre las cuales han estado Amazon Watch, Oxfam America, Defensa Ambiental, SEEN, el Fondo Mundial para la Vida Salvaje, Amigos de la Tierra y la Alianza Amazónica, así como varias organizaciones internacionales han denunciado la situación. Incluso figuras del espectáculo como Rubén Blades y Bianca Jagger (esta última galardonada recientemente con el Premio Nobel Alternativo) se han sumado a la protesta.

Fuente: http://amigransa.blogia.com

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